Soy francesa. Lo deduzco porque he contestado a mi portero con un "Bonjour". De la mano llevo a un chico venezolano al que no he visto en mi vida. Hace un rato era un chico con barbas, al que tampoco he logrado reconocer. Subimos corriendo las escaleras de mi casa. Las escaleras están estropeadas. Cogemos un ascensor. No sé porque tenemos tanta prisa, pero hay en el aire un humo extraño y alguien nos está gritando desde hace rato. Suena la misma música una y otra vez.
En el ascensor hay medio cuerpo de león encaramado al hueco de la maquinaria. Mueve el rabo, como si se alegrara de vernos. Me lo quiero llevar, pero mi acompañante no me deja. Tomamos el otro ascensor. En éste está la otra parte del león. El suelo esta lleno de sus babas, que han reblandecido las paredes. De la boca le sale un chorro de sangre, y todo en el ascensor (también nosotros) se contrae con su respiración.
El chico venezolano me saca de allí a rastras porque cree que es muy peligroso. Buscamos una puerta que se abra en las escaleras de mi edificio. Al final, un perro con bombín encantador nos ofrece café en su piso.
Me he despertado con ésto en la cabeza y no puedo dejar de pensar en el medio león. Creo que iré a ver si sigue allí.
4 comentarios:
...........Mi venezolano!
Te quiero niña!
Nunca dejes de escribir :)
Gracias por esa cena en la trufa de la cual saque tantas..rayadas??jajaja muak
Pero qué os pasa con Aznavour?
Ojalá supiera lo que me pasa con Aznavour. :)
Un beso, christian!
jajajaaj..mira lo que cenas...el poema antes del 14 vale?..besos dulces
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