viernes, 25 de julio de 2008

La princesa de Macondo

Alguien una vez escribió un poema que hablaba de mí:


Hay muchas lágrimas no atendidas en Macondo.
Una república donde las princesas son anónimas.

Las princesas se entrenan frente al espejo.
El rojo de sus labios es el único color posible.
Un semáforo. Nada hay más allá. Una señal de peligro.

No hablan porque saben que ya está todo dicho.
Pero escriben en voz baja porque no soportan
ser meros testigos de su sombra.

Son noche siempre.
Unos dirán
"ya está todo dicho"
Eleanora, Lolita...
dirán todos los nombres
y se les olvidará el tuyo,
claro.
Eco en los amaneceres de la melancolía
(todavía no es de día)

Se refleja en sus ojos
el olor de la pólvora.
Una mancha que las matará
y que hará de ellas solo pupilas.

Lleva en sus brazos brújulas de abrazos
y en las manos una caricia
a punto de suicidarse.

Mil noches sin dormir.
Hoy serán mil y una. Y una colección de cuentos.
En la que la única protagonista será ella.
Ella sola.
De su ombligo frío y húmedo
nace la luna llena.
Ciencia es su piel pálida.

La princesa todo lo siente.
Los garbanzos debajo del colchón.
Los polvos debajo de la cama.

Seré todo lo sucia que quiera y pueda.
Soy una princesa.

Y me permito morir de noche,
mientras los demás duermen mis versos.

Y echo ya de menos nuestros reinos.
Porque las monarquías no nos durarán siempre.

Emigrará a otros palacios la princesa.
A otros teatros.
Y actuará como si fuera su primera vez en la vida.
Las lenguas, ramos de flores,
pasarán al vientre amargo.
De su don se harán dueñas.

Princesa. Te he descubierto en estos versos.
Tu nombre no pudo eclipsarte por más tiempo.
Tu eres Eva, la primera y única mujer.
La que volvió loco de goce y atracción terrenal
al primer y único hombre.

La conciencia tranquila.
Y las mejores páginas jamás escritas
por un lápiz que hoy es lápiz
pero que mañana podría ser pistola.

Tú eres Eva.

A la que ejecutaron como causa de todos los males.
A la que yo quiero como causa de todos mis bienes.

No estés agradecida a quien te escribe poemas.
Soy yo quien agradece tanta belleza que escribir.



(Muchas gracias)

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Que guapa eres

Anónimo dijo...

A ti.

Anónimo dijo...

Me paso poco por tu blog pero el de esta poesía me ha dejado impresionado. Chapó a tu don por las letras, me ha encantado. Sigue asi. Un besote. Rolan

azzunena dijo...

Uf, qué barbaridad de poesía!! Cuánta devoción en ese admirador-poeta...