domingo, 5 de octubre de 2008

Carta a la falsa cicatriz del falso labio leporino del muy cierto Joaquin Phoenix





Dormiría entre esos dos pliegues carnosos.

Quiero que me jibaricen y que me coloquen justo allí mismo, al tropiezo con tu boca.

En esa falsa cicatriz que se formó contigo, como tus ojos inquietantes y tu devaneo al andar.

Que yo sepa nadie ha compuesto una oda a este hoyuelo alargado que juega al despiste.

Creo que yo tampoco me siento capaz. Demasiada belleza para mi edad.

Pero si que la quiero rodear, siempre que el monumento se pueda visitar.

Quiero echarle monedas,

como si fuera el fondo marino de la Fontana Di Trevi.

Mejor aún.

Quiero introducirle fichas de casino hasta conseguir un trío de cerezas ganadoras

(o un trío de morritos de Liv Tyler)

y que me den el premio gordo:

Vale para un verano de acampada en este valle.

Entiendo que debía haberme presentado antes:

Deslizo suavemente mi índice por la ruta 66.

Ya sabes con quien tratas:

De momento soy una sin papeles.

Pero si te he gustado un poco, cierra los ojos y no me veas sortear la frontera.

Te espero camino abajo.

4 comentarios:

Espiral del Gato dijo...

ohhhh!!! me encanta esta carta!
en serio me ha gustado mucho!

solo quería que lo supieras

Clara dijo...

;)


Un besico, chicos.

entrenomadas dijo...

Ahora mismo le enviaba yo esa carta, pero en persona.
Entre otras cosas porque es vegetariano como yo.
Y me encanta, me encanta.
Un placer visitarte, delicioso post.

Un abrazo,

Marta

Cecilia Sainte-Naïve dijo...

Tengo que copiarte la idea (como la niña absorta y bobalicona del pupitre de al lado), quizá si le escribo, sí, quizá más cerca de su cama, sí, quizá, sólo falta que comprenda.

(un besote)