viernes, 23 de enero de 2009

José Emilio Pacheco

Ô TOI QUE J' EUSSE AIMÉE


Y ahora una digresión Consideremos
esa variante del amor que nunca
puede llamarse amor.


Son aislados instantes sin futuro
En la ciudad donde estaré tres días
nos encontramos
Hablamos cien palabras


Pero un brillo en los ojos un silencio
o el roce de las manos que se despiden
prende la luz de la imaginación


Sin motivo ni causa uno supone
que llegó pronto o tarde
y se duele
(" no habernos conocido...")


E involuntariamente ocupas tu fiel nicho
en un célibe harén de sombra y humo


Intocable
incorruptible al yugo del amor
viva en lo que llamó De Rougemont
la posesión por pérdida.





PICASSO Y SUS CRÍTICOS

El río de tinta
seguirá corriendo

Hilito de agua al pie de la montaña




DANTE

Al ver a Dante por la calle
la gente lo apedreaba Suponía
que de verdad estuvo en el infierno.



ANTIGUOS COMPAÑEROS SE REÚNEN

Ya somos todo aquello
contra lo que luchamos a los veinte años

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