martes, 3 de febrero de 2009

Roma

(Versión antigua)



El hombre del tiempo pronosticó
lluvias durante toda mi estancia en Roma.
Y yo no llevé paraguas,
ni temí por mi carne de lienzo,
y me dije a mí misma
que no se deshilarían
mis pulmones.
Aquí ya se ha llovido todo,
yo ya soy transparente,
he aprendido a reconocer
a los fantasmas de incógnito
que eligen perlas húmedas
por disfraz.
Ahora creo que la melodía antigua
mece y hace muy dulce
el silencio de la ciudad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

...solo decirte que paso por aquí de vez en cuando y disfruto leyendo tus poemas. Cosa rara y meritosa por tu parte, porque hace tiempo que no siento nada con los poetas.

Salutem ;)