miércoles, 11 de febrero de 2009

Sin las mariposas. (Cuento para auto mecerse al fín y glosario de los viajes en coche).

Contra la pantalla de cine del coche ardiendo
se estampaban trozos de vida alados
que decidían dejar de trazar escombros en la atmósfera.
A mi derecha, el mundo, que estaba descalzo,
corría como un loco por no quemarse los pies en el asfalto.
Mi nota sanitaria de aquel día era un tanto alarmante:
ansiedad generalizada
y ausencia completa de mariposas en los torrentes sanguíneos.
(Ni siquiera polillas alentadoras criando en los huesos).
Los insectos de carretera son kamikaces enamorados
y su final es digno y estelar.
He sido la espectadora de mil suicidios insecticidas
y he comprendido a Samsa en mi asiento de copiloto.
El conductor se ve obligado a contarme un cuento
y antes me aclara
que crecer es dejar de practicar el olvido.
"Las mariposas son las únicas que no mueren nunca.
Se estremecen y saludan como contorsionistas brillantes
pero desaparecen del plano sin morirse antes.
Sólo dejan un leve rastro de purpurina orgánica
que hace que las cicatrices se reblandezcan
y la carne del alma fotografíe los momentos de salvación
para reproducirlos después en la oscuridad íntima
de cada casa, poco a poco, sin que nadie se entere.
En la vida asfaltada,
Los amores ganados son los más tristes,
como la tristeza extraña de llegar al destino.
La muerte de la dulzura es inevitable
como lo es la de los perros de cristal en los andenes.
No te alarmes si miras en el retrovisor
y te persiguen velocirraptors borrosos
o si el estómago te recuerda quien no serás
en cada adelantamiento,
o de que del cielo cuelguen las señales de la ruta 66.
Acabarás por pensarte cruel
al darte cuenta de que que lo realmente difícil
no es olvidar a los habitantes uno por uno
sino a las ciudades al paso, en su inmensidad".

2 comentarios:

Nerea Ferrez dijo...

Hola hermanica, como no me has dicho nada, supongo que eso significará que no puedes venir este viernes, ¿no? Es una pena pero si no has podido cambiar el ensayo pues no se puede hacer nada. Bueno, espero que podamos vernos pronto. Un beso,
Nerea

P.d. Si quieres que alguien lea algo tuyo nos lo mandas antes del viernes por la tarde.

Anónimo dijo...

precioso