martes, 28 de abril de 2009

Cernuda en los amigos y en los caminos





Moreno Villa:


"Era entonces un jovencillo fino y tímido, muy atildado y muy triste...
yo le he visto casi llorar por no tener amigos ni nadie que le
quisiese".




García Lorca, en el homenaje que le dedicara a Cernuda en abril de 1936, no sólo se refiere a su tristeza, sino que ahonda en su desesperanza, en su convicción de muerte total:



"Empieza un duelo con su tristeza, con su tristeza de sevillano
profundo, duelo elegantísimo con espadín de oro y careta de narcisos, pero con
miedo y sin esperanzas, porque el poeta cree en la muerte total".





Juan Goytisolo hizo referencia a su habitual "pesimismo" y Muñoz Rojas asoció su figura a la de la soledad:



"Resplandecía en él una soledad de la que nunca lo ha separado después
mi recuerdo".





Pedro Salinas, que debía conocerlo bien, pone el dedo en la llaga al afirmar:



"La afición suya, el aliño de su persona, el traje de buen corte, el
pelo bien planchado, esos nudos de corbata perfectos, no es más que deseo de
ocultarse, muralla del tímido, burladero del toro malo de la atención
pública".







PEREGRINO



¿Volver? Vuelva el que tenga,
tras largos años, tras un largo viaje,
cansancio del camino y la codicia
de su tierra, su casa, sus amigos,
del amor que al regreso fiel le espere.


Mas, ¿tú? ¿Volver? Regresar no piensas,
sino seguir libre adelante,
disponible por siempre, mozo o viejo,
sin hijo que te busque, como a Ulises,
sin Ítaca que aguarde y sin Penélope.


Sigue, sigue adelante y no regreses,
fiel hasta el fin del camino y tu vida,
no eches de menos un destino más fácil,
tus pies sobre la tierra antes no hollada,
tus ojos frente a lo antes nunca visto.


Cernuda

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