sábado, 18 de abril de 2009

Mi negro

EL EMPALADOR NEGRO


La actriz porno es rubísima

y se afana en agigantarse el ano

con un aparato que jamás pensé que existiría.

El actor porno es negrísimo

y parece que sus dientes

los estén buscando los exploradores

del África Subsahariana.

Primero,

me sonrojo al ver lo que tiene entre las piernas.

Luego,

me parece un truco de magia.

"Pero no ves que es de verdad",

me dice mi compañera de visionado.

(Ella parece que está más acostumbrada a estas medidas).

"Bueno, chica. A mí todo esto me asusta un poco".

"Pues más que te va a asustar",

me advierte.

Y entiendo porqué.

La rubia logra desencajar su mandíbula de nieve

y tragarse todo el sable de marfil.

No puedo hablar.

Siento las arcadas que debe estar sintiendo ella.

Mi amiga se ríe.

"Pero no se ahoga".

Me maravillo.

No se ahoga,

(reitero).

No se ahoga.

Es una súper mujer.

Cuando vuelvo a mirar la pantalla

el rinoceronte salvaje se está corriendo encima de nuevo ídolo.

"Dios".

Invocamos a la par las dos espectadoras.

(Porque en ésto algo tiene que ver la Providencia).

"Maná..."

Susurro maravillada

¿Es que no va a parar? ¿Es un surtidor mágico?

Pestañeo un par de veces.

Creo que ha llegado un poco de líquido divino

a mi lentilla

a través del espejo de Alicia.

"Y dale con la magia",

me reprocha mi amiga.

"Ésto es una alimentación correcta y buenos genes".

Antes de que me de tiempo a replicar,

me doy cuenta de que a la rubia

le pasa lo mismo que a mí:

lefa mágica en los ojos.

Y la suya no es psicológica.

(Cómo tiene que escocer).

Entonces pasa lo más bonito que he visto en mucho tiempo:

se oye un susurro que hace que me estremezca,

y es que el negro tiene además de polla,

una voz calmada y grave

que usa para tranquilizar a su compañera:

"Oh, baby".

Y estira sus dedos de carbón del de los Reyes.

(De ese dulce.

No carbón de los niños malos.

Porque este negro no es un niño malo.

Es un negro dulce.

Uno de sus dedos en mi boca

fundiría de regaliz mi lengua

y mis dientes,y mi campanilla.

Este negro es una mina de azúcar).

Y estira sus dedos de carbón del de los Reyes,

y aparta su lefa de los ojos de la rubia

con gesto preocupado:

"Oh, baby".

Y la rubia lo agradece con su sonrisa de alabastro.

Y yo también sonrío.

Y me río llorando.

Y se me escapa un suspiro.

(Qué enamorada estoy).

"Pero cómo puede ser que esto te parezca tierno".

"Es que ya no me da miedo".

2 comentarios:

antonio alfaro sánchez dijo...

joder solo puedo aplaudir, grande tu poema, hoy con mucha mas modestia ( que bien queda la modestia ) he abordado el mismo tema en mi blog

Porno

Inocente flaca rubia
con medias de rayitas
y coletas,
el gran falo negro
que saboreas con placer
es la metáfora
del Africa conquistada,
de la extracción mediante
procedimientos mecánicos
de la simiente que se deposita
en tu boca occidental
para no llegar nunca a la tierra
que sin ella muere.

Jol dijo...

También vean una vez más Garganta profunda. Buenas imágenes. Algunos podrían estar echando de menos a Rocco (personaje porno penetrable) en Macondo, encima enhiesto de alguna Maribel Buen Día. Márquez masturbándose detrás de la pantalla; también Lorca con priapismo y la gitana falda manchada sobre sus rodillas. La pornografía hasta cómica cuando se imagina.

(Estoy escuchando The new Pornographers).