martes, 7 de abril de 2009

PINOCHO 1978

El actor porno parece perdido.
No sé si está cachondo
o aterrorizado.
(Éste es uno de esos vídeos de aficionados).
Su polla es una marioneta
dirigida por una sombra en la pared.
Esos dedos de carboncillo proyectados
sobre su cabeza en un descuido de la imagen
se asemejan a las manos hiladas
que inyectan vida
a los trapos moribundos.
A veces da la impresión
de que si no recibiera órdenes directas
de la madera altiva,
su polla cobraría vida alada,
su polla sería la gárgola del cuento,
su polla se convertiría en un cuadrúpedo
veloz que lo arrastraría sin retorno por el polvo
de los caminos.
La actriz porno se ha evaporado
hace rato.
Se ha agohado en el aire retenido
de los bostezos.
Su propia laringe es una cámara de gas
que ha acabado por matarla.
Es una muñeca de cuencas vacías
y boquita mecánica
que repite en acordes robotizados
"Si" "Ohm" y "Dios",
mientras a su cerebro y a su alma
los sujeta una cometa
que flota en la esquina de la habitación,
atada al dedo meñique del domador.
Y sin embargo, hay en su mirada
velada una extraña
sensación de andar por casa,
de mimetismo con el ambiente.
Y me pregunto
si esta chica es la criatura de confianza
del Geppeto al mando,
o es que esto es lo que se auguró
para ella desde antiguas tardes de domingo.
Las mismas en las que yo
jugaba a conquistar ciudades
con botones y fichas de colores.

3 comentarios:

Álvaro Guijarro dijo...

Qué manera de girar el poema en los últimos 5 versos, maravilloso.

Te leeré.
Un saludo.

carlos berdiel dijo...

me ha encantado Clara. De lo mej
or

Rr dijo...

Estupendo. Deberías recoger todos estos poemas sobre el porno y editarlos juntos. Aparte de que son muy buenos, gustarían bastante.

Saludos ;)