¡Hiciste bien en marcharte, Arthur Rimbaud!
Tus dieciocho años refractarios a la amistad, a la malevolencia,
a la estupidez de los poetas de París, así como al ronroneo de abeja estéril
de tu familia provinciana algo loca, hiciste bien en dispersarlos en los vientos
de alta mar, en echarlos bajo el cuchillo de su precoz guillotina.
Tuviste razón en cambiar el bulevar de los perezosos, los cafetuchos de los mea-liras,
por el infierno de los tontos, por el trato de los mañosos y el saludo de los simples.
Este arrebato absurdo del cuerpo y el alma, esta bala de cañón que alcanza
su objetivo haciéndolo estallar, ¡sí, es, en realidad, la vida de un hombre!
No podemos, al salir de la infancia, estrangular indefinidamente a nuestro prójimo.
Si los volcanes cambian poco de lugar, su lava recorre el gran vacío del mundo
y le entrega virtudes que cantan en sus llagas.
¡Hiciste bien en marcharte, Arthur Rimbaud!
Somos unos cuantos los que creen sin pruebas en la felicidad posible contigo.
RENÉ CHAR
5 comentarios:
Agradezco este poema a René Char, poeta del que hace más de 25 años descubrí y del que sé que me ha influenciado mucho en la lectura y escritura de poesía. Tanto que de vez en cuando he de volver, para empaparme de su surrealismo terrenal. Dejo una frase de Común Presencia: "Tenemos en nosotros inmensas extensiones que nunca llegaremos a cercar; pero son útiles para la arpereza de nuestros climas, propicias tanto para nuestro despertar como para nuestras perdiciones." Todo esto es un sólo verso, qué decir ante eso.
Gracias, me cuesta encontrar sitios que hablen o que conozcan a René Char.
Un saludo.
Hola José Antonio
Gracias a ti por dejar tu opinión y me alegra mucho que hayas encontrado algo que te inspire en este lugar.
El verso que citas es maravilloso.
Un saludo.
Y ahora aparece esa foto, esa mirada suya tan tardía...
http://www.abc.es/20100415/cultura-literatura/rimbaud-201004151305.html
Precioso y acertado, como siempre. Gracias.
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