viernes, 12 de diciembre de 2008

Malibú



(AQUÍ, el maestro, en burro).







No sé si esto de trabajar con niños me está afectando demasiado. Lo de recitarles para callarles las bocas de buzón que tienen a veces, me ha hecho recordar un libro enorme que tenía de pequeña, con mil poemas escritos por poetas "serios" que ocasionalmente escribieron algún texto para gente menuda en sus carreras literarias.


El libro lo heredé de no se quién que a su vez lo había heredado de no se quién y la portada se le caía a pedazos. No me acuerdo del título.

Creo que aún lo tengo, pero no sé en que estantería, caja o cajón habrá quedado sepultado.



Sin embargo, si quiero, puedo recordar de memoria fragmentos de algunos de los textos que contiene el libro y que memoricé sin proponermelo de pequeña.



Recuerdo que Malibú, de Luis Cernuda, me trastocaba un poco. Ahora he vuelto a releerlo después de buscar el poema completo y aunque no acabo de entender por qué, me sigue poniendo pelín nerviosa.



No sé si era por el texto en sí, que parece un conjuro, una invocación, o por la ilustración que lo acompañaba, un poco oscurilla. Si ese es el motivo, mi mente todavía relaciona este poema con el dibujo aquel.







Malibú,

Olas de lluvia.

Aire de música.




Malibú,

Agua cautiva.

Gruta Marina.




Malibú,

Nombre de Hada.

Fuerza encantada



Malibú,

Viento que ulula.

Bosque de Brujas



Malibú,

una palabra,

y en ella, Magia.


















1 comentario:

Adolfo González dijo...

El poema habla de la palabra Malibú. Los poetas, muchas veces, hablan en los poemas de cosas que suceden en las palabras. La palabra Malibú, en cierto modo, sugiere una especie de paraíso, algo idílico, mágico. Es la facultad que tiene el lenguaje de crear la ilusión del sentido, cuando muchas veces el auténtico protagonista es el lenguaje, que es el escenario donde suceden las cosas, en muchas ocasiones, para los verdaderos poetas. En otras no, claro, en otras es el tema quien dirige el curso de las palabras. Saludos.